Declaró Eduardo Mordini: “yo no tengo nada que ver con el asesinato de Sofía Delgado”

En su relato, Mordini explicó que conoció a Alejandro Bevilacqua hace un par de años por un amigo en común, y que la relación entre ambos fue “intermitente”. Contó que tiempo atrás Bevilacqua le pidió guardar su auto en el predio que Mordini tenía en Puerto San Martin. “Me dijo que tenía problemas con la mamá y que no tenía dónde dormir. Como la novia no podía tenerlo todo el día en su casa, me pidió quedarse en el comedor del galpón. Yo le dije que sí, pero que eso era de uso común y no podía cerrarlo con llave”, declaró.
En ese galpón, según Mordini, Bevilacqua solo tenía acceso al comedor y al baño (que no contaba con ducha). Aseguró que su oficina y otras zonas del predio estaban bajo llave. Dijo que Bevilacqua usaba ese espacio solo cuando no podía estar con su pareja, Natalia, debido a problemas familiares. “Le di una mano como pude. Le presté plata, que nunca me devolvió, y le presté el lugar para guardar cosas”.
Mordini narró que días antes de descubrir el cadáver de Sofía, comenzaron a sentir un olor fétido en el galpón. Fue Brian Baumann (el tercer involucrado en la causa) quien primero manifestó preocupación por el contenido de un bolsón usado para tirar basura.
Según su declaración, Baumann se acercó y le dijo: “Hay algo podrido en el bolsón. Es muy grande para ser un perro”. Mordini asegura que, ante eso, su primera reacción fue pedir que llamaran a la policía. “Pero Brian me dice que si hay algo raro, el más complicado es él, que está todos los días ahí. Y ahí nos equivocamos... decidimos sacar la bolsa”.
Describió que usaron una camioneta vieja de su propiedad, cargaron el bolsón “sin mirar su contenido”, y lo arrojaron en la zona de Ricardone. “Fue un error. Yo no sabía qué hacer. Quería terminar con eso. Pensé que lo correcto era sacarlo de ahí. Después intentamos comunicarnos con Bevilacqua”, afirmó.
Mordini relató que, luego de insistir, logró que Bevilacqua regresara de Pergamino. Fue entonces cuando —según su testimonio— este le confesó que había dejado el cuerpo de una chica en el bolsón. “Me dice que fue Sofía, que se le fue la mano. Yo me quedé en shock. No podía creer lo que me estaba diciendo. Le grité que arruinó su vida, que se termine todo. Después él se fue, y yo me quedé con todo eso encima”.
Mordini aseguró que al día siguiente decidió presentarse voluntariamente ante la policía. “No sabía qué hacer. Pero fui. Entregué mi celular, los mensajes que tenía con él, y conté todo como pude. Después de eso, quedé detenido”.
Durante su exposición, Eduardo Mordini reiteró su versión de que no estuvo implicado en el asesinato de Sofía Delgado. “Yo no soy ese tipo de persona. Nunca lo fui. Cometí un error al no llamar a la policía en ese momento. Pero eso no me hace asesino. Hice lo que pude. Fui yo quien fue a contar todo”.
En más de una ocasión, apuntó contra Bevilacqua como único responsable y desligó a Baumann de la autoría del crimen: “Ni Brian ni yo tenemos nada que ver. Nosotros solo trabajábamos todos los días. Yo quise ayudarlo y terminé en esto”.
Eduardo Mordini relató su versión sobre dónde estuvo durante la noche del 30 de octubre, ante la pregunta del Fiscal Ortigoza: "Esa noche estuve con mi hija y el novio hasta la una de la mañana, más o menos", afirmó, y agregó que luego se dirigió a la casa de un amigo en el barrio 2 de Abril, donde vivía, donde se quedó jugando a las cartas hasta las 3 o 3:30 hs. Al ser consultado por el nombre de la persona con la que estuvo después de dejar a su hija, manifestó su intención de no mencionarlo públicamente por tratarse de alguien "muy conocido". Por ese motivo, solicitó declarar esa parte en privado. El juez Romanini accedió al pedido y ordenó desalojar la sala, aunque aclaró que la audiencia continuaría siendo grabada.
Durante la audiencia, la querella presentó una serie de mensajes intercambiados entre Mordini y Bevilacqua, que fueron leídos en sala. En ellos, Bevilacqua alude a una “sociedad” entre ambos, menciona a “Sofi” y envía frases como “la sacrificamos” y “nadie la va a reclamar”.
Consultado sobre esos mensajes, Mordini respondió: “Él me mandaba muchos mensajes incoherentes. Yo sufría ataques de ansiedad. A veces contestaba sin leer solo para que dejara de insistir. Nunca le di importancia. Me decía cualquier cosa: que se hacía la paja, que hacía caca... no se podía tomar en serio lo que escribía”.
Sobre un mensaje en el que Bevilacqua le dice “la sacrificamos”, Mordini respondió que no lo recordaba. “Era un delirante. Jamás pensé que era capaz de algo así”.
El empresario dijo que su relación con Bevilacqua se había deteriorado notoriamente: “No cumplía las condiciones que le puse. Rompía cosas, dejaba todo sucio, no devolvía la plata. Estaba harto. Solo quería que se fuera”.
Se refirió también a la relación entre Bevilacqua y Sofía, asegurando que no sabía si ella había estado en el galpón la noche del crimen. “Él la mencionaba, sí. Hablaba de muchas chicas. Pero no sabía que estaba desaparecida. Yo no miraba redes sociales”.
 “Yo no tengo nada que ver con el asesinato de esta chica. Lo digo con el corazón. Me equivoqué, pero al final hice lo correcto: fui a la policía. Si sirve, sirve. Si no sirve, no sirve. Pero esa es la verdad”, concluyó Mordini ante el juez.