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“Me sacaron un crédito de $86 millones y el banco no se hace cargo”: el relato de una estafa que expone fallas del sistema bancario

Martín Maggiori, titular de la firma La Barquita en San Lorenzo, fue víctima de una maniobra que todavía no logra comprender del todo. Desde su cuenta bancaria en el Banco Francés (BBVA), se gestionó y aprobó un crédito por 86 millones de pesos que nunca solicitó. El dinero fue transferido en apenas minutos a cinco cuentas desconocidas y, desde entonces, el banco no le dio más respuesta que un mail automático en el que se le informa que “el resultado ha sido insatisfactorio”.

Locales30 de julio de 2025Día 0Día 0
Martin Maggiori



El viernes en que ocurrió todo parecía uno más. Maggiori se encontraba de viaje de trabajo en el sur del país cuando recibió una llamada inesperada. Era el gerente del BBVA de San Lorenzo. Le preguntaba, con tono cordial, si él había gestionado un crédito millonario esa misma tarde. Martín respondió que no, sorprendido. Le explicó que jamás opera de forma virtual con créditos y que, como hace siempre, cualquier negociación con un banco la realiza exclusivamente con su ejecutivo de cuentas. En este caso, Federico, a quien conoce bien y con quien mantiene una comunicación casi diaria. “Yo jamás saco un crédito sin hablar con él, sin revisar tasas, condiciones. Nunca en mi vida pedí un crédito virtual. Ni lo haría. Siempre firmo de forma presencial o digital, pero con respaldo y conocimiento de la operación”, relató.

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Pero esta vez fue diferente. Esa tarde, su equipo estaba realizando las transferencias habituales para el pago de sueldos. Fue entonces cuando la página del banco mostró un cartel indicando que el sistema se estaba actualizando. Algo común. Ingresaron la clave como lo hacen siempre, sin imaginar que detrás de ese mensaje se escondía una operación que los endeudaría con una suma que, en muchos casos, equivale al valor de un departamento. En cuestión de minutos, el crédito fue aprobado y transferido en cinco movimientos a cuentas que nadie en la empresa conoce.
Maggiori insiste: “No me vaciaron la cuenta. Me metieron en una deuda de 86 millones sin que yo hiciera nada. A los siete minutos de haber entrado, ya se había ejecutado todo. Y lo más grave es que fue desde adentro del sistema del banco, no desde una computadora hackeada ni con un correo trucho. Fue usando el mismo entorno donde operamos todos los días”.
Las consecuencias fueron inmediatas. La primera cuota del crédito, de 12,5 millones de pesos, llegó a los pocos días. Una cifra impagable incluso para una empresa activa y con buena facturación. “Una compañía como la nuestra, con casi veinte empleados y un alto volumen operativo, no puede pagar semejante suma en cuotas mensuales. No hay forma. Imaginate una pyme o una persona individual”, reflexionó.
Ante la inacción del banco, decidió accionar judicialmente. Con la representación de su abogado, Daniel Giordana, presentó la denuncia en Fiscalía y solicitó una medida cautelar para frenar el débito automático de las cuotas. “La justicia funcionó. Logramos una cautelar en 24 horas, en plena feria. Eso fue lo único positivo en medio de todo esto”, reconoce. Pero del lado del banco, asegura, no obtuvo nada. “Después de reclamar por todos los canales, lo único que me mandaron fue un mail que decía que el resultado del reclamo fue negativo. No me dieron explicaciones, no me ofrecieron soluciones, nada”.
La estafa, según explica, se concretó gracias a la existencia de créditos preaprobados que el banco ofrece desde su plataforma virtual. “Te ofrecen un crédito con un clic. Uno está acostumbrado a confiar, a operar con normalidad, y ellos aprovechan eso. La trampa es que vos hacés lo mismo de siempre, ponés la clave, el token, y del otro lado se habilita un crédito millonario sin que vos lo autorices explícitamente. ¿Dónde queda el consentimiento informado? ¿Dónde están los controles?”.
Lo que más indigna a Maggiori es el comportamiento de la entidad bancaria. “Cuando te quieren vender un producto, te persiguen por todos lados. El gerente te llama, el ejecutivo te escribe, te mandan mails, WhatsApps. Pero cuando hay un problema como este, se borran. Te dicen que depende de Buenos Aires. Como si Buenos Aires fuera otro planeta”. La falta de respuestas por parte del gerente local también lo descoloca. “Antes ser gerente de un banco era un cargo de respeto, de peso. Mi abuelo fue gerente del Banco Nación en San Nicolás y era una figura pública. Hoy el gerente te dice que no puede hacer nada. Que solo recibe órdenes”.
En su relato, también pone el foco en otro aspecto inquietante: los destinos del dinero. El crédito fue transferido a cinco cuentas con nombres que le resultan desconocidos y, en algunos casos, sospechosamente ficticios. “Yo vi los nombres. Algunos no parecen reales. ¿Cómo esas personas abrieron cuentas? ¿Qué documentación presentaron? ¿Qué control se hizo? Si todo esto se hizo con DNI truchos, entonces los otros bancos también tienen responsabilidad. Están abriendo cuentas a cualquiera, sin verificar nada”.

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Con todo, Maggiori sostiene que su objetivo no es solo recuperar el dinero ni evitar pagar una deuda que nunca contrajo, sino también visibilizar una situación que puede afectarle a cualquiera. “Yo tengo trato directo con los bancos. Me conocen, me llaman por mi nombre. Aun así, me estafaron. ¿Qué queda para el resto? Esto no es un caso aislado. Esto habla de un sistema bancario vulnerable, que no protege al cliente y que encima lo responsabiliza”.
Y lanza una advertencia final: “Lo más peligroso es el viernes a la tarde. Ahí todo se relaja: las empresas están cerrando, los bancos también. Es el momento perfecto para que te metan un crédito por la ventana. No entren a la página del Banco Francés ese día. Es un riesgo enorme. A mí me endeudaron por 86 millones y nadie se hace cargo”.
La causa continúa en la justicia. Por ahora, gracias a la cautelar, Maggiori logró frenar el cobro de las cuotas. Pero la deuda sigue registrada en el sistema y el banco no dio ninguna señal de asumir su parte. El expediente avanza mientras el silencio del BBVA persiste. La estafa no solo fue millonaria: también dejó expuesta la fragilidad de un sistema financiero que parece más preparado para vender productos que para proteger a sus propios clientes.

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Locales30 de julio de 2025

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